Al principio, superamos las primeras dificultades, entendimos que algunas cosas estaban fuera de nuestro control, y las asumimos. Y hemos hecho lo que hemos podido e incluso mucho más. Simplemente poniendo nuestro esfuerzo en lo que sí podíamos hacer. No me cabe duda que la naturaleza humana es fuerte y nos impulsa nuestro instinto de supervivencia. Los hoteleros en todo el mundo hemos transformado nuestra forma de trabajar, re-inventado el servicio al cliente e implementado todos los protocolos de higiene y desinfección necesarios para asegurar la seguridad y tranquilidad de nuestros clientes.
De repente nuestro entorno se ha vuelto más complejo. El Covid19 está probando y superando nuestros límites. Ya ha superado a muchos, mayores, jóvenes, niños, políticos, empresarios, sanitarios y periodistas, no se ha librado nadie.
También sabíamos que el sector turismo es muy sensible a factores externos. A casi todos, de hecho, por no ser un bien de primera necesidad. Hemos sufrido por primera vez en esta era moderna, las consecuencias de una crisis sanitaria en el sector viaje. Ya nadie tiene dudas, el sector turismo es uno de los más perjudicados por esta pandemia.
Por tanto, parece inevitable que algunas empresas pequeñas quiebren por falta de liquidez. A corto plazo para algunas empresas que habían contraído obligaciones financieras será inevitable la insolvencia. También será lógico que se acelere la concentración hotelera. Ya que en España aún tenemos un 35% de hoteleros independientes. El mercado hotelero español está muy fragmentado. Y el restante 65% de la oferta está en manos de 250 cadenas, marcas o grupos hoteleros. Seguro que veremos cómo algunas marcas se fusionan y agrupan para conseguir liquidez y sobrevivir en este nuevo entorno post pandemia. Algunas de estas operaciones empiezan a anunciarse en el mercado, como la cadena Be Live de Globalia y Bluebay Hotels que estudian estos días su fusión que resultará, si se lleva a cabo, en un grupo de 100 hoteles y más de 21.000 habitaciones. O también la compra de Air Europa por IAG.
Además hemos comprendido que el nivel de facturación en ventas que tuvimos en el 2019, no lo conseguiremos hasta al menos, el año 2023. Y trabajando muy duro. Por tanto estamos lejos de la famosa crisis con curva en V con la que todos teorizaban al inicio de la pandemia. Estamos inmersos en una crisis única, nueva para este siglo y no comparable a ninguna de las últimas vividas. Ni la quiebra de Thomas Cook, ni la Gripe A, ni la crisis económica del 2008 que duró hasta el 2015, ni la caída de las Torres Gemelas en el 2001, ni la caída del dólar con Guerra del Golfo del año 1991. No, ésta es diferente, ha llegado sin avisar y aún nos estamos conociendo.
Al mismo tiempo, no puedo dejar de mencionar mi decepción viendo cómo se mediatiza la pandemia, porque los medios nos han influenciado, a nosotros como ciudadanos y a los países de nuestro entorno, como potenciales clientes del turismo español. Y con frecuencia, la información se convierte en desinformación. O ¿tan difícil es hacer correctamente las estadísticas y conteos?. Esta parte de la crisis, ha sido especialmente triste y decepcionante como ciudadana.
Y como todo era nuevo, hemos cometido muchos errores, porque no sabíamos y queríamos avanzar. Aunque soy de las que opinan que sólo erran los que hacen. Es la única forma de avanzar. Tenemos que estar preparados para que el sector se transforme y se redimensione.
Sin duda, tenemos delante nuevos desafíos. Se transforma el sector, ajustamos modelos de distribución que han demostrado no funcionar, tendremos que cambiar la comercialización, comprender los nuevos hábitos de los viajeros y saber responder a sus inquietudes. E implementar los nuevos protocolos sanitarios que sean necesarios para proteger vidas. La oportunidad implica el riesgo. Y para cambiar hay que crear estrategia a medio plazo e invertir en ella. Sin cambio y adaptación, no habrá supervivencia.
Finalmente, la historia nos ha demostrado que en tiempos de crisis surgen también nuevas oportunidades de negocio. Por tanto, me quedo, de momento, con este motor: Nuevos tiempos, nuevos oportunidades. Y la Marca España, no lo olviden, es muy poderosa. Y lo seguirá siendo. ¿O se nos ha borrado la memoria de todo lo bueno que tenemos como país?.